jueves, 21 de enero de 2010

Desastroso y sin escusas (Boca 1 vs River 3)

A pesar de la vuelta de Riquelme, Boca perdió feo con River por 3 a 1. Nuevamente, las fallas defensivas condenaron al equipo de Basile.

Ya está. No hay más lugar en donde esconderse. Boca demostró que no tiene respuestas, que no tiene velocidad y que no tiene defensa. Hoy River le dió una clase de entrega y solidez que no se veía hace mucho tiempo en los millonarios.

Desde el comienzo el partido, el xeneize arrancó con el pie izquierdo. Abbondanzieri regaló un gol que se le escurrió entre las piernas y la defensa dejó jugar con tranquilidad a los rápidos delanteros de River, en especial a Villalba. El pobre Ezequiel Muñoz terminaría pagando los platos rotos del descalabro defensivo que parece no tener solución.

Rosada no contiene a nadie, al pobre Erbes no se le puede achacar nada. Matías Gimenez se equivocó siempre y jamás jugo en su sector, allí bien abierto por la izquierda. Solamente Riquelme pudo poner algo de fútbol en el equipo, en especial en la primera parte, hasta que el físico le dijo basta. Palermo volvió a convertir, le llegó más la pelota (en coincidencia de la vuelta de Riquelme), y Gaitán solo pudo desniverlar en partes de la primera mitad.

Boca es un circo ambulante que parece no tener arreglo. No le sirve tener un jugador excepcional que genere fútbol, como es Juan Román Riquelme, si el arquero regala los dos primeros goles de manera flagrante, si la defensa es incapaz de frenar toda incursión en ataque del rival y si el mediocampista encargado de la marca (Rosada) llega tarde a todos los relevos y siempre termina viendo el dorsal del rival que se le escapa en velocidad.

¿Cómo resolver el problema? Varias son las opiniones. Algunos se decantaran por la salida del DT y su cuerpo técnico. Otros apuntarán a la falta de refuerzos de jerarquía y una tercera vía es la falta de respuesta de un grupo de jugadores que viene bajando su rendimiento desde hace mucho tiempo.

¿Ahora, cual es la realidad de cada asunto? Basile ha probado casi todo, y los jugadores le siguen sin responder, con actuaciones que rozan el ridículo. Si bien tampoco ha sido firme en cambiar jugadores y mantenerlos cuando jugaban de manera deplorable y a su vez, incendiar a los más jóvenes, su salida no clarificaría la situación del club.

En cuanto a los refuerzos, hoy por hoy, Boca tiene 3 cupos, ya que se gasto uno en el tibio Matías Gimenez, cuyo pico de rendimiento estuvo por 2008. La llegada de un arquero, un central y un mediocampista no aportarían soluciones claras a un equipo que tiene muchos más “agujeros” de los que el reglamento le puede llegar a permitir tapar.

La situación es crítica, y parece haberse agravado tras la dura derrota de hoy. El técnico no encuentra respuestas y ya ha amenazado con el portazo. Solo habrá que esperar novedades.

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