El partido arrancó parejo y chato pero un gol tempranero del chileno Medel de media distancia lo abrió. Gimnasia intentó salir a buscar la igualdad mientras Boca estaba cortado en el medio porque al tener tres delanteros bien de punta, el resto del equipo quedó un poco desconectado. Sin embargo, una muy sólida tarea defensiva desde lo individual y colectivo impidió que su rival lo lastimara. Boca llegaba poco y siempre a través del contraataque o de remates de afuera del área. Y por esa vía llegó el segundo cuando Insúa corrió por el centro y despachó un misil inatacable. Dos a cero y al descanso.
En el segundo tiempo, Boca juntó más sus líneas y Gaitán retrocedió unos metros para asociarse al circuito de juego. Así, todo fue de Boca. Porque el medio y la defensa seguían muy firmes y el volumen de juego apareció y mucho.
A los 22’ fue nuevamente Insúa quien capitalizó un rebote de Sessa y con mucha clase liquidó el partido. Boca se seguía floreando y el cuarto gol fue una joyita: Pase magistral de Palermo para que Gaitán definiera con una tijera espectacular.
Boca ganó, gustó y goleó. Y así lo entendió su público que aplaudió y reconoció lo hecho por un equipo que mientras las matemáticas le den, seguirá soñando con entrar a la Copa. Y jugando así, el sueño está más cerca.
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