Un 14 de julio, pero de 1996, Boca goleaba a River en la Bombonera por 4 a 1. Claudio Caniggia fue el héroe de aquella noche inolvidable al marcar tres goles.
Fue una tarde/noche mágica, imborrable. River venía de ganar la Copa de la mano de Francescoli y Boca trataba de darle alcance al Vélez de Bianchi y al Lanús de Cuper en lo más alto del Clausura. Se encontraron en la Bombonera a las cinco de la tarde del 14 de julio del 96'. Ellos vinieron con el Enzo y con los dos mayores perdedores de Superclásicos de la historia: Astrada y Hernán Díaz. Ramón como DT y las dos bandejas visitantes para su gente. Nosotros, con el Mono; Gamboa; Fabbri, Mc Allister; Basualdo, Carrizo, Verón, el Kily; Maradona; Caniggia y Tchami. Bilardo en el banco y con entradas agotadas. La previa pintaba para clásico difícil y caliente. ¿La realidad? Goleada y ellos se quedaron calientes.
El primer tiempo había sido muy parejo hasta que a los 42' el 'Pepe' Basualdo conectó un cabezazo furibundo que dejó sin chance a Burgos. El Estadio explotó y desde allí y hasta el final iba a ser una fiesta interminable. La segunda parte fue más emotiva y sirvió para que Claudio Caniggia se consagrase como ídolo de la hinchada Xeneize. A los 5' puso el dos a cero tras punteársela por arriba de la cabeza a Burgos y a los 21' se mandó un gol espectacular: la agarró por la derecha, se sacó a tres rivales de encima en cinco metros y desde el vértice del área remató cruzado para ponerla abajo, al lado del palo de un indefenso Burgos. Delirio en la Bombonera.
Diez minutos más tarde, la fiesta seguiría. Penal para Boca y el Diego que lo ejecuta. Palo y otra vez el Pájaro para tomar el rebote y marcar un cuatro a cero que nadie podía creer. El descuento de Amato sobre la hora solo sirvió para que el papelón no fuese tan severo.
Boca lo había bailado y el eterno rival se iba humillado de nuestra Catedral. Caniggia, el héroe, había tenido su noche de consagración. Esa que lo vistió de ídolo. Para siempre.
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