lunes, 17 de agosto de 2009

LO PODRA LOGRAR.


Las segundas partes no tienen buena prensa. Y en los últimos 30 años, sólo Bianchi repitió gloria. Pero el plantel tiene fe y Coco también: "Soy optimista".

Llamado a romper los moldes, Carlos Bianchi volvió en el 2003 a Boca y ganó todo otra vez: la Libertadores, el campeonato local y la Intercontinental. Como para que aquél que acuñó la frase de que "segundas partes nunca fueron buenas" tuviera al menos una excepción. No era fácil: entre 1998 y 2001, el Virrey ya había ganado tres torneos locales, dos Libertadores y una Intercontinental.

Ahora le toca a Alfio Basile exponer todo el prestigio obtenido entre 2005 y 2006, cuando logró que el equipo ganara todos los torneos que disputó: dos torneos locales, dos Recopa, una Sudamericana. Tampoco será fácil, claro. Pero el Coco no es de los que arrugan, de los conservadores que prefieren quedarse con lo que tienen en vez de ir por más. "Por supuesto que no se puede asegurar nada, sí que vamos a estar entre los candidatos", dice, a pocas horas de su redebut oficial (el jueves, frente a Vélez por la Sudamericana).

El fútbol está lleno de frases que alguna vez se hicieron carne en los protagonistas ("DT que debuta, gana" o "el 2-0 es el peor resultado") con supuesta ascendencia en lo psicológico pero sin sustento real. Sin embargo, un vistazo a los últimos 30 años de Boca muestran la verdad irrefutable de que el tiempo o las circunstancias no perdonaron ni a grandes ídolos como Lorenzo. El Toto, cuando volvió en el 87 de la mano del histórico "inflador psicológico", estaba en el ocaso. Y su segundo ciclo duró 14 partidos (32,1% de efectividad). Y no importaron sus cinco títulos del 76 al 79 (dos locales, dos Libertadores, una Intercontinental) a la hora de mandarlo a casa.

Sin necesidad de hacer mucha memoria ni de poner a Boca como referencia, Coco tiene a mano una experiencia para nada grata en la Selección. No pudo repetir el reconocimiento del 94, un equipo considerado por muchos entre las que mejor jugaron a lo largo de nuestra historia hasta el affaire Maradona. Sin embargo, un referente como Juan Román Riquelme dice que "a Coco lo veo más feliz en Boca que en la Selección". Y basta con observar a Alfio: se lo ve exultante, con ganas, de buen humor, haciendo bromas y aglutinando la atención por encima de un vestuario que dio que hablar en el semestre pasado.

No hay garantías, claro. Pero la gente votó a Boca como el equipo que mejor se reforzó, y eso marca una pauta. Y los propios jugadores se sienten confiados: "Jugamos contra grandes equipos de Europa y lo hicimos bien. Podemos pelear en los dos frentes", opina Morel. Monzón, recién regresado, mira con asombro. "Hay jugadores en todos los puestos". Y hasta el Jefe de Gobierno de la Ciudad, cuya opinión no es una más, le tiene fe al Coco: "Es difícil repetir, pero si hay alguien que puede, es él. La alegría que transmite va a ayudar", reflexiona Macri.

¿Qué dice el principal interesado? "Soy optimista". En Casa Amarilla está la oficina del Virrey. Si precisás algún secretito...

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